El actor (y director) Joaquín Hinojosa, a quien aprecio y admiro y con quien espero coincidir algún día en algún proyecto teatral o cinematográfico, asistió la semana pasada a una representación de La Cobra en la Cesta de Mimbre y ha escrito este breve texto describiendo sus impresiones:
Creo que fue Billy Wilder quien afirmó que una película de cien mil dólares rodada con cien mil dólares era una película rica, mientras que una película de tres millones de dólares rodada con dos millones novecientos mil, era una película pobre.
Es una opinión que comparto y, según esto, el montaje de La Cobra en la Cesta de Mimbre, de Carlos Atanes, es una producción riquísima, puesto que, en su extrema economía de medios, nada le falta... ni le sobra. Una puesta en escena ascética, una envoltura de luz y sonido sensorialmente sugerente, unos intérpretes espléndidos en su orgánica y creíble expresividad, y un leguaje, un diálogo, veloz, incisivo y claro que nos abduce, como abducidos fueron los personajes de la obra que, adscrita al género de "la habitación cerrada" -espacio hermético al que se accede pero del que nunca se consigue salir-, lleva al extremo las condiciones que lo caracterizan, abduciendo con la magia de la palabra la atención, la imaginación y los sentidos del espectador, afortunadamente sólo durante el tiempo de la representación. Altamente recomendable para fanáticos del verbo hecho carne.
Joaquín Hinojosa
Joaquín Hinojosa
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