El Principio de Incertidumbre de Heisenberg viene a decir que no se puede conocer simultáneamente la posición y la velocidad de una partícula. Y que la observación de la partícula altera la medición. Algunos iluminados que confunden la mecánica cuántica con el pachuli piensan que esto significa que la mente del observador influye en lo observado. No, lo que pasa es que el propio hecho de medir, en la práctica, es una forma de influir. Para ver una partícula tenemos que arrojarle un fotón, y ese fotón ejercerá alguna influencia en la partícula. Y también significa que la física newtoniana carece de sentido en el reino de lo muy pequeño.
Con el teatro pasa lo mismo. Hoy me preguntaban hasta cuándo habrá funciones de La Cobra en la Cesta de Mimbre. Y yo qué sé. Aquí no vale Newton. Los observadores influyen. No sus mentes, que también, sino la taquilla. Imaginen por un momento que digo que estaremos todos los jueves y viernes de mayo -así está previsto- y sumen a esta declaración la tendencia procrastinadora de la gente. ¿El resultado? Pues probablemente variará la velocidad o la posición de la obra. Porque si todo el mundo se lo toma con calma y decide ir el último día la sala quedará vacía hasta entonces y cuando se decidan a ir se encontrarán con que en la sala se está representando otra cosa. De esto los economistas saben mucho. Por eso los anuncios de subidas o bajadas de precios de los gobiernos son tan peligrosos: inducen a inhibiciones o aceleraciones de la demanda indeseadas. Cuando el gobierno anuncia un plan de ayudas para la compra de coches la venta se derrumba hasta que el plan entra en vigor.
Así que en eso estamos. En fin, puede parecer que estoy preocupado. Y no, aún es demasiado pronto para preocuparse. Sólo llevamos una función y la sala estaba bastante llena. Mucha gente quiere venir y las críticas han sido muy buenas. Y además, no hay que preocuparse nunca, sino ocuparse. Por eso he pensado que a lo mejor no estaría de más recalcar que esta obra tan chula, que gusta tanto al público, que va a encantar al 99% de los que vengan a verla a la pequeña Sala AZarte, es una obra producida con modestia infinita, sin subvenciones, sin apoyos corporativos ni marketing y que su existencia depende del boca-oreja... ¡Y el boca-oreja no se puede dejar para el final!
Así que no se duerman y vayan comprando ya sus billetes, damas y caballeros:
Carlos Atanes website: www.carlosatanes.com
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