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Friday, July 20, 2007

Info-R.I.P.

Por fin ha reventado. Mi ordenador. Ha sido una muerte largamente anunciada, numerosos indicios apuntaban hacia este desenlace: una podredumbre corrosiva de virus que apenas permitían hacer nada, un ruido horrible del ventilador cuando permanecía más de cinco minutos encendido, chispas y centellas en las conexiones... Demasiadas enfermedades para un solo trasto. Se ha perdido todo: guiones, novelas, fotos, muchas fotos, material gráfico de varias películas, vídeos editados y a medio editar... Naturalmente no hago copias de seguridad desde hace por lo menos dos años. Es ésa costumbre muy villana. O se confía en nuestros amigos o no se confía. Quizá podría recuperar parte de ese material, o la totalidad incluso, pero estoy siendo azotado por un siroco místico desde que buceo en mi nuevo proyecto de largometraje, bastante místico de por sí, y hago dieta de adelgazamiento, disciplina monástica. Y miren qué cita de Hermann Hesse leí el otro día:

"Todas las manifestaciones que se dan en la tierra son parábolas, y todas las parábolas son una puerta abierta a través de la cual el alma puede entrar, si está dispuesta a hacerlo, en las partes más profundas del mundo donde, de día y de noche, tú y yo somos uno. Todo el mundo pasa por esa puerta en distintas épocas de su vida... Pocos son los que pasan por ella y logran abandonar la mera ilusión en favor de la realidad anticipada que se encuentra más allá."

Es una invitación a entrever el orden subyacente del cosmos. Las mentes proclives a la paranoia (y a la conspiranoia) como la mía queremos ver la vida, la nuestra, como un relato. Considerarla un relato, y entenderlo, la provee de sentido. O por lo menos eso nos parece, o eso queremos creer pretendiéndolo. Y ese sentido solaza y, en los mejores momentos, estimula y espolea. No estoy hablando de cristianismo o de religiosidad. Aunque es algo que, desde luego, cristianos y creyentes en general comparten. Por esta razón no voy a recuperar el material perdido. Llámenlo pensamiento mágico si quieren. Lo reconozco, hace mucho tiempo que dejé de creer en la casualidad. O mejor aún: que decidí que no me daba la gana creer en ella. Por irracional y anti-científica. Al fin y al cabo, dotar o vaciar de sentido al relato es tan sólo una cuestión personal, y a mí me pareció que dotarle de sentido salía más a cuenta. Se me pegaría el vicio al escribir guiones.

Y en este caso, invocando el Art. 15 de la Constitución Española evitaré el trato degradante a mi PC aplicándole la ortotanasia. El cachivache dió todo lo que pudo de sí y ha decidido morir. No deja de ser curioso que lo haga justo después de que me permitiera hacerle una página web a una amiga, sacar a la luz cuatro libros y editar el trailer de "
Los trabajos del director". Es como si me estuviera diciendo: sigue a partir de aquí, no manosees más tus archivos y mira hacia el futuro. La verdad es que me siento liberado espiritualmente, de forma similar a como me siento aligerado de los seis kilos de tejido adiposo que he desalojado en cinco semanas. El alma de mi PC está ahora en el cielo de los ordenadores, que es internet (recuerden la Réseau Céleste de FAQ). La literatura ha sido su canto del cisne. Si desean rendirle homenaje, léanle.

Cierro los ojos, pienso en el futuro y veo una manzana americana.

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